"Rafaela Blanco"
Recogido por el NO-DO.
DEL PUEBLO, PARA EL PUEBLO
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Ermita en la década de 1950 |
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Santa Justa, La Grande, VII-1926 |
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Altar de la ermita en 1937 |
Citas del baile en Tresviso en la prensa histórica de Cantabria
1. (...)
Llegué al casetón de las minas acompañado de mi espolique, en el momento preciso en que las mozas de Sotres y Tresviso estaban trenzando un pericote de mucho jaleo.
Así se llama en estas tierras de Potes el baile familiar, el fandango indígena de esta región del mundo en que el hombre gatea cuando quiere andar, y si se descuida o le falta un pie en el escalar de las rocas, baja rodando como los aludes a lo hondo del valle.
(...)
(D Alfonso) Ha bailado el pericote con las guapas mozas de Tresviso y ninguna ha hecho "dengues", y eso que todas lo llevan bien colocado y ceñido al pecho.
Diario de la visita del rey Alfonso a los Picos de Europa. 1882.
2. Las jóvenes de Tresviso, Sotres, Tielve y Bejes, cantaron y bailaron las danzas populares, principalmente "el pericote". Esta danza tiene una peculiarísima particularidad porque está compuesta por tres individuos, dos mujeres y un hombre, al que parecen acosar con su rítmico movimiento y con sus quiebros y desplantes. Otro de los bailes populares, típico de romeros, es "el trepeletré", baile de grupo que en su ritmo y movimientos narra un contenido amoroso, con sus momentos de galanteo, de aceptación y de desplantes.
Ambos bailes se acompañan al ritmo de pandero y tamboril, y era frecuente, en otros tiempos que los acompañara, también, la voz agreste del rabel y canciones típicas de danzas.
Por Abel Alonso de La Bárcena para El Cántabro. 1882.
3. Telegrafían a un colega que S.M. el rey llegó anteayer a Potes, subiendo a una de las mayores alturas para admirar la puesta del sol y presenciar el baile de aldeanos llamado el Pericote.
En La Correspondencia de España. 1882.
4. Sigue muy animada la cacería en Los Picos de Europa. El rey hace la vida del pueblo de las montañas: bebe en zapita y come en escudilla y hasta ha bailado el pericote como un montañés.
F. para El Eco de la Provincia de Gerona. 1882.
5. TRESVISO.
Romería. -Con gran animación, se celebró, en esta encumbrada villa, la fiesta llamada vulgarmente “Romería de San Pedro” dando principio con las vísperas el día 28 por la tarde, con repique de campanas, el gran estruendo de cohetes y bombas reales que se quemaban sin cesar y luego aquella alegría que inspiraba el sonido de la gaita gallega y tamboril con que se lució tocando en buen compás el señor Andrés Conde, de Peñarrubia y su Joselín.
El día 29 por la mañana llegaron la gran cuadrilla de mozos que hay en la localidad con una joguera o maya que tiene 25 metros de largo, la cual a la salida de misa fue pinada para ver quien mejor trepaba por ella arriba a alcanzar un bonito rosco que lo colocaron a los 22 metros de altura.
(…)
Las jóvenes se prestaron también esmeradamente con la preparación de un lujoso ramo que al ser conducido a la Iglesia le cantaron admirablemente con sus voces aldeanas improvisados cantares propios del caso.
Después de comer, cuando ya la panza estaba bien reforzada se dio principio a la fiesta profana la que duró hasta hora muy avanzada de la noche,
(...).
Excursión.
El día 8 del corriente mes y a la hora en que se iba a entrar a Misa, llegaron a esta villa, 35 jóvenes de ambos sexos que venían desde Alevia, Panes y otros pueblos de aquellas inmediaciones, con el solo fin de hacernos una visita amistosa y divertida, preparada por los muy ilustrados señores la maestra de Siejo y maestro de Buelles, y para mayor realce de su excursión han traído el famoso gaitero de La Portilla. Dichos excursionistas han asistido con muy buena compostura a la Santa Misa y aún sin mandárselo, quiso tocar en ella el antes dicho gaitero que lo hizo admirablemente.
A las doce se reunieron a gustar la comida de Campo que traían ya bien preparada y luego se divirtieron en compañía de la mocedad tresvisana largo rato de la tarde con bailes variados al son de la gaita, durante los cuales dieron vivas a Tresviso con voz sonora y agradable, siendo contestados igualmente por la juventud tresvisana, demostrando con esto una amistad cariñosísima, manifestando los señores excursionistas no sería tarde del verano cuando volverían a repetir su entusiasta excursión.
Cuántos más excursionistas vendrían a estas pintorescas montañas, si el Estado quisiera atender a mejorar esta vía de comunicación, pero de los tresvisanos sólo se acuerdan para hacerles ingresar a tiempo sus contribuciones, mas para beneficiarlos, como si no existieran en el mundo. No obstante, Dios proveerá.
Por Ángel Díaz para la revista “La Voz de Liébana” 12 de julio de 1923.
6. TRESVISO
(...)
De la festividad de San Pedro, que es la romería en esta villa, ha estado muy concurrida y mucha diversión, sin que se haya experimentado ni la menor discordia; los actos religiosos se celebraron con mucha atención y compostura, y en cuanto a la diversión profana, sirvió de música el tambor y panderetas, a estilo de aldea, bailando a lo suelto, como realmente debiera ser en todo el mundo católico y fuera los escándalos; que aprendan esas ciudades y villas de alta aristocracia, con la insigne villa de Tresviso. (...)
Por Ángel Díaz para la revista “La Voz de Liébana” 15 de julio de 1924.
7. TRESVISO
Con un día espléndido se ha celebrado en este pueblo de los Picos de Europa la fiesta Sacramental.
Desde las primeras horas de la mañana se notan los preparativos para la fiesta por el continuo trajinar de las gentes, especialmente de las simpáticas jóvenes, que, ataviadas con sus vistosos y típicos trajes, se hallan atareadas dando los últimos toques al "ramo" y roscos tradicionales, y ensayando las originales canciones que, al son de panderetas y tambores, han de cantar durante la misa y procesión.
El repique de campanas y disparo de cohetes anuncian la hora de la misa mayor, a la que acude el pueblo en masa y con fervorosa devoción.
Después de la misa, una bien organizada procesión recorre las calles, profusamente engalanadas con flores y colgaduras.
Por la tarde, gran juego de bolos y animado baile forman los atractivos de la romería, en los que la juventud distrae, honesta y placenteramente sus ocios, haciendo de estos espectáculos prodigios de belleza, particularmente en la jota y pericote, que bailan con arte inimitable. Bien que hemos de decir, para su satisfacción, que a este apartado rincón no han llegado los ecos de la moda mundanal.
La generosa y probada hospitalidad de este pueblo ha hecho, como siempre, que los forasteros se hayan ido entusiasmados y con grandes deseos de volver pronto a visitarlos, a pesar del sacrificio que supone alcanzar los mil metros sobre que se asienta la aldea.
Y es que este pueblo tiene un encanto singular que subyuga a los pocos turistas que se aventuran a conocerlo.
Como si fueran poco las tradicionales costumbres de sus antepasados, conservadas incólumes a través de los siglos, tiene un camino cubierto de tan maravillosos paisajes y sorprendentes bellezas, que ni la imaginación más fogosa puede soñar, ni mi torpe pluma se atreve a profanar.
Junio de 1926.
8. (...) la “gallegada” de Tresviso, donde el pericote, hasta el alba a la hora de “mecer” (ordeñar) se baila incansablemente y se bailaba a la luz de las velas que las viejucas sujetaban en derredor, sentadas en cuclillas, prolongándose a veces tanto las fiestas que se dice llegaron a hacer llorar al gaitero.
Por Jesús García Preciado para la revista “Ritmo” 1985.