Al pasar el puente, madre, y al pasar el arroyuelo,
al pasar el puente, madre, se me ha caído el pañuelo.
Se me ha caído el pañuelo, lo encontró una carredana,
cuando supo que era mío en el cuello lo llevaba.
En el cuello lo llevaba y en el cuello lo llevó,
cuando tuvo que entregarlo de sentimiento lloró.
De sentimiento lloraba y de sentimiento lloró,
al pasar el puente madre y al pasar el arroyuelo.
Dicen que no nos queremos porque no nos ven hablar
a tu corazón y al mío se lo pueden preguntar.
Ahora sí que le doy yo un golpe más al pandero,
porque han salido a bailar los mozucos de mi pueblo.
La despedida les doy, como dio Cristo en Segovia,
el que no sepa bailar, que se le quite la novia.
"Sagrario Martínez "
Recogido por Roberto Diego y Manuel Bahíllo.
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