Salgan los mozos al baile
para que salgan las mozas,
que ella solas no se atreven
porque son muy vergonzosas.
Si han de salir a bailar,
si han de salir, salgan luego
que no tengo los cantares
en el aro del pandero.
Tengo la mano pesada
no la puedo aligerar,
soy hija de labradores
y me mandan trabajar.
La gracia para cantar
ni se compra ni se hereda,
se la da Dios a quien quiere,
a mí me dejó sin ella.
Allá va la despedida,
en la despedida un ramo,
en el ramo un papelito,
yo me despido cantando.
Una despedida sola
dicen que no vale nada
y por eso a los señores
se la doy acompañada.
"Malena González"
Recogido por Ramsés Ilesies y Ambás.
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